El artículo describe cómo la falta de profesionalismo para realizar lobbying afecta negativamente tu reputación ante las autoridades que quieres influenciar para defender los intereses de tu negocio.
Lobbying y tu reputación empresarial
La política y la administración pública son materias muy distintas a la actividad empresarial y los negocios, y ciertamente demandan competencias y enfoques distintos. Sin embargo, las empresas no pueden ser competitivas si no manejan adecuadamente su relación con las autoridades que definen el marco regulatorio que las afecta en mayor o menor medida.
Así como para el éxito en las actividades de marketing, ventas, finanzas, tecnología, logística u operaciones se requiere contar con los mejores talentos y las más articuladas competencias, el lobbying también requiere lo propio, y su manejo debe estar en manos profesionales.
Podemos comprobar que, en la práctica, pocas empresas le dedican al lobbying el mismo nivel de responsabilidad e importancia que sí le asignan al resto de sus actividades, reduciendo sus alcances a gestiones de relaciones públicas o puramente legales, lo que genera, en la inmensa mayoría de los casos, resultados por debajo de las expectativas y necesidades empresariales.
Cinco formas en que afectas la reputación de la empresa
Esta equivocada visión institucional o corporativa genera situaciones indeseables, como las siguientes:
- Trabajar con conocidos, buscando dentro de la organización quién o quiénes tienen relación de parentesco o amistad, directa o indirecta, con la autoridad competente, poniendo la relación institucional en manos de un inexperto y basada en razones erradas como la amistad. Para ningún problema de otra naturaleza, las empresas actúan de manera tan descuidada.
- Reclutar gestores informales o no comprometidos con la cultura y valores de la empresa, poniendo en riesgo innecesariamente la imagen, seriedad y profesionalismo de la compañía al encargarles las gestiones de lobbying.
- Asumir la responsabilidad de las gestiones por parte del propio CEO o algún gerente importante, distrayéndose de sus responsabilidades propias y poniendo en riesgo su reputación. Esto equivale a que el CEO se arriesgue a operar maquinaria compleja o tecnología sofisticada para la que no está directamente preparado.
- Pedir al gremio al que pertenecen realizar una gestión que no corresponde a sus alcances estatutarios o de representación individual. De hecho, los gremios no realizan gestiones para sus socios individuales.
- Pagar por resultados, prestándose a la realización de gestiones “por resultados” o bajo prácticas sujetas a suspicacia.
Las malas prácticas señaladas están siendo dejadas de lado progresivamente. Las empresas han entendido que sus relaciones con el Estado y sus autoridades deben ser eficientes y eficaces, por un lado, y, a la vez, transparentes y profesionalizadas por el otro.
Los riesgos de situaciones opacas son muy altos para ser asumidos: descuido de las funciones originales de los funcionarios, malos resultados por incompetencia y falta de experiencia, riesgo reputacional de la compañía y los funcionarios involucrados, riesgo de ser denunciados por tráfico de influencias u otros delitos vinculados a corrupción de funcionarios, etc.
Cada vez son más los países que regulan mediante leyes expresas el lobby y hoy no hay empresas serias que no tengan incorporados en sus estatutos las mejores prácticas de su industria, oficiales de cumplimiento o áreas estrictas de compliance que exigen manejar su relacionamiento a través de lobby profesional, formal y debidamente registrado.
Concertum es un gestor profesional de intereses asociado a WP Group, organización de lobbying profesional ubicada en Washington DC.
Concertum es liderado por Felipe Gutiérrez, abogado y empresario con más de cuarenta años de experiencia profesional. Nuestra empresa trabaja con sectores intensamente regulados, como energía, minería, infraestructura pública, tecnología y el sector financiero.
Evita la creación de un marco regulatorio que impacte negativamente tu negocio y realizar lobbying que no rinda los resultados esperados.
En su lugar, mejora y fortalece tu posicionamiento ante las autoridades que influyen en el marco regulatorio de tu negocio, participa en la creación y desarrollo del mismo y fomenta uno que favorezca el crecimiento de tu negocio y su entorno.