Cinco formas en que afectas tu reputación realizando lobbying de forma improvisada

El artículo describe cómo la falta de profesionalismo para realizar lobbying afecta negativamente tu reputación ante las autoridades que quieres influenciar para defender los intereses de tu negocio.

Lobbying y tu reputación empresarial

La política y la administración pública son materias muy distintas a la actividad empresarial y los negocios, y ciertamente demandan competencias y enfoques distintos. Sin embargo, las empresas no pueden ser competitivas si no manejan adecuadamente su relación con las autoridades que definen el marco regulatorio que las afecta en mayor o menor medida.

Así como para el éxito en las actividades de marketing, ventas, finanzas, tecnología, logística u operaciones se requiere contar con los mejores talentos y las más articuladas competencias, el lobbying también requiere lo propio, y su manejo debe estar en manos profesionales.

Podemos comprobar que, en la práctica, pocas empresas le dedican al lobbying el mismo nivel de responsabilidad e importancia que sí le asignan al resto de sus actividades, reduciendo sus alcances a gestiones de relaciones públicas o puramente legales, lo que genera, en la inmensa mayoría de los casos, resultados por debajo de las expectativas y necesidades empresariales.

Cinco formas en que afectas la reputación de la empresa

Esta equivocada visión institucional o corporativa genera situaciones indeseables, como las siguientes:

  1. Trabajar con conocidos, buscando dentro de la organización quién o quiénes tienen relación de parentesco o amistad, directa o indirecta, con la autoridad competente, poniendo la relación institucional en manos de un inexperto y basada en razones erradas como la amistad. Para ningún problema de otra naturaleza, las empresas actúan de manera tan descuidada.
  2. Reclutar gestores informales o no comprometidos con la cultura y valores de la empresa, poniendo en riesgo innecesariamente la imagen, seriedad y profesionalismo de la compañía al encargarles las gestiones de lobbying.
  3. Asumir la responsabilidad de las gestiones por parte del propio CEO o algún gerente importante, distrayéndose de sus responsabilidades propias y poniendo en riesgo su reputación. Esto equivale a que el CEO se arriesgue a operar maquinaria compleja o tecnología sofisticada para la que no está directamente preparado.
  4. Pedir al gremio al que pertenecen realizar una gestión que no corresponde a sus alcances estatutarios o de representación individual. De hecho, los gremios no realizan gestiones para sus socios individuales.
  5. Pagar por resultados, prestándose a la realización de gestiones “por resultados” o bajo prácticas sujetas a suspicacia.

Las malas prácticas señaladas están siendo dejadas de lado progresivamente. Las empresas han entendido que sus relaciones con el Estado y sus autoridades deben ser eficientes y eficaces, por un lado, y, a la vez, transparentes y profesionalizadas por el otro.

Los riesgos de situaciones opacas son muy altos para ser asumidos: descuido de las funciones originales de los funcionarios, malos resultados por incompetencia y falta de experiencia, riesgo reputacional de la compañía y los funcionarios involucrados, riesgo de ser denunciados por tráfico de influencias u otros delitos vinculados a corrupción de funcionarios, etc.

Cada vez son más los países que regulan mediante leyes expresas el lobby y hoy no hay empresas serias que no tengan incorporados en sus estatutos las mejores prácticas de su industria, oficiales de cumplimiento o áreas estrictas de compliance que exigen manejar su relacionamiento a través de lobby profesional, formal y debidamente registrado.

Concertum es un gestor profesional de intereses asociado a WP Group, organización de lobbying profesional ubicada en Washington DC.

Concertum es liderado por Felipe Gutiérrez, abogado y empresario con más de cuarenta años de experiencia profesional. Nuestra empresa trabaja con sectores intensamente regulados, como energía, minería, infraestructura pública, tecnología y el sector financiero.

Evita la creación de un marco regulatorio que impacte negativamente tu negocio y realizar lobbying que no rinda los resultados esperados.

En su lugar, mejora y fortalece tu posicionamiento ante las autoridades que influyen en el marco regulatorio de tu negocio, participa en la creación y desarrollo del mismo y fomenta uno que favorezca el crecimiento de tu negocio y su entorno.

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