En el artículo anterior nos referimos a la importancia de un relacionamiento predictivo, holístico y bien fundamentado con las autoridades relevantes y los stakeholders influyentes para que todo negocio o empresa progrese y opere con fluidez, en un marco de legitimidad y transparencia. Lamentablemente tenemos ejemplos de relacionamientos ineficaces o ausentes, que han ocasionado el ocaso de ciertas actividades o la amenaza seria para su supervivencia.
El Sistema Privado de Pensiones es sin duda una solución cabal para el logro de pensiones adecuadas sobre la base del efecto acumulativo y compuesto de aportes sostenidos. Su administración debería ser fluida y sin obstáculos en un marco de constante relacionamiento con las autoridades que lo regulan con todos los stakeholders públicos y privados participantes. Su comportamiento real ha permitido producir interesantes rendimientos y costos- aunque discutidos y objetados- razonables y manejables. Sin embargo, el Congreso y muchos medios se han dedicado, con una perversa eficacia, a desprestigiarlo, desfinanciarlo y vituperarlo, al punto que al día de hoy es mínimo el número de aportantes que cuenta con un fondo disponible.
Las AFP s y su gremio han mostrado poca pericia para sortear y resolver las múltiples objeciones que se plantearon- muchas de ellas ideológicas y sin mayor fundamento- y han permitido que la actividad se les escape de las manos. Haber logrado la intangibilidad de los fondos pensionarios respecto del apetito del gobierno de turno- mérito más del modelo económico que de un buen lobbying- no ha impedido que el sistema sea herido de muerte a través de la autorización irresponsable e ininterrumpida de retiros colectivos. Consecuencia: liquidación de los fondos pensionarios individuales, remate de acciones en una bolsa pequeña y muy vulnerable y pérdida de un incipiente mercado de capitales de largo plazo.
Para no parecer general después de la batalla o entrenador de los lunes, hay que enfatizar que la actividad requería- y requiere- de la construcción de una base sólida de “dolientes” que aboguen a favor del sistema, que difundan sus indudables virtudes y confronten eficazmente a sus críticos y detractores. Ello soportado por una estrategia de comunicación asertiva y predictiva, sin complejos y sin camuflaje de las debilidades propias o inoculadas. Se debió también mostrar capacidad de reacción ante las críticas a la imposición de un modelo de comisiones indiferente a los períodos de vacas flacas. Se debió promover una auto-regulación para evitar una asfixiante o depredadora.
La lección está a la mano.