Relacionamiento profesional con autoridades. Lobbying efectivo

Hacer empresa en el país no es una actividad ni promovida ni facilitada. Hay empresas de actividad “libre”  y las hay de actividad regulada, hay concesiones o servicios al público; hay empresas de gran dimensión, cadenas y corporaciones, pero también las hay medianas y pequeñas.  Pero todas tienen algo en común: enfrentan un relacionamiento complejo con múltiples autoridades que definen los marcos normativos que se les aplican y el escenario en que deben desenvolver sus operaciones y actividades.

Las que cuentan con muchos locales para el expendio de sus productos o para la provisión de sus servicios a nivel nacional o regional, enfrentan la dura y compleja tarea de conciliar sus inversiones y sus operaciones con numerosos y variados alcaldes distritales y gobiernos regionales, así como con sus múltiples Gerentes Municipales, de Desarrollo Económico, Legales, de Fiscalización y otros, que se suman a la presión de vecinos, comisarías, prefecturas y otros, todos los cuales esgrimen TUPAs, ordenanzas, decretos de alcaldía y resoluciones varias que imponen marcos normativos no necesariamente homogéneos y predecibles, regulan actividades, restringen o escatiman permisos, licencias y autorizaciones.

De la capacidad y habilidad para lidiar profesionalmente con ese reto depende muchas veces parte importante del éxito en la gestión. Obtener ágilmente licencias de funcionamiento, o renovarlas, licencias de obra, ampliaciones, permisos para operar o evitar ser clausurados por razones generalmente nimias o no fundamentadas, para poder operar fluida e ininterrumpidamente, lo es todo en esta delicada materia. Muchos gerentes chocan con una realidad que no saben manejar y que afecta seriamente sus resultados. En ese relacionamiento ineficaz incurren en pérdidas, sobre costos y frustraciones y, en algunos casos, terminan sucumbiendo a la tentación corruptora, lo que es estructuralmente dañino para la empresa y para la sociedad.

La respuesta adecuada es un lobbying preventivo y profesional en el que se anticipa este delicado elemento de la gestión estratégica y operativa y se capacita a los gerentes de tienda, administradores o gerentes de operaciones en las competencias de gestión de relacionamiento productivo y asertivo. No es admisible que el jefe de una tienda recién recurra al despacho de su alcalde distrital como consecuencia de que su local ha sido clausurado por Fiscalización municipal. Ese funcionario debió haber incluido en su Plan de Operaciones el relacionamiento estratégico y constructivo con esa y con todas las autoridades y stakeholders relevantes para así crear una capa de protección legítima para su tienda y para su empresa. En el ejemplo, el alcalde y su Concejo deben conocer de primera mano el impacto positivo de la inversión realizada, tanto  en la recaudación municipal como en la generación de empleo directo e indirecto, en la provisión de bienes y servicios competitivos y en el bienestar de la comunidad.

El relacionamiento asertivo y anticipado crea ventajas competitivas y evita sobrecostos, pérdidas y afectaciones a la reputación empresarial

Felipe Gutiérrez/CEO Concertum

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